NOTA SOBRE LA XII EXPOSICION DE BONSAI

NOTA SOBRE LA XII EXPOSICION DE BONSAI en el Centro Comercial San Diego durante la Feria de las Flores 2009

Medellín es conocida como “La ciudad de las flores” y por ello en el marco de la celebración de la Feria de las Flores, las plantas tienen su sitial de honor y se pueden apreciar en eventos como la Exposición de Orquídeas, Pájaros y Flores, los jardines y balcones adornados, las principales avenidas engalanadas, las silletas y como ya es tradicional, desde hace doce años, la Exposición de Bonsai en el Centro Comercial San Diego con entrada libre.



Esta cultura milenaria que tiene como objetivo cultivar árboles buscando reducir su tamaño mediante un corte especial en sus raíces y modelar su forma, llegó a Medellín de la mano de Oswaldo Coperland, el director de la exposición, que trajo 270 ejemplares desde su finca en Guarne, Antioquia para acercar a los paisas y turistas a la filosofía Zen, sin tener que viajar al Japón, porque el bonsai estuvo en la ciudad entre el 22 de julio y el 9 de agosto de lunes a domingo.

Y pese a que la mayoría de la gente piensa que este estos árboles en miniatura son solo para la contemplación de los expertos en jardinería, se equivocan, porque todos los visitantes se gozaron el evento entre foto y foto, miradas, lecturas de la ficha técnica, reflejos en el agua, acercamiento al vapor de agua y el olor a las hermosas flores.



El 2008 tuvo como tema central "Los Frutos del Dragón", ahora el turno fue para El Agua, senda de vida, de ahí, que los materiales y texturas empleadas en los paisajes exhibidos, fueron de tonos blancos y azules, los cuales, unidos a la presencia del agua y los rayos del sol en fuentes y cascadas, proyectaban un ambiente de pureza, fluidez y relajación.

Como cada año, la exposición trajo sorpresas y este año no fue la excepción, porque allí se encontraba el bonsái más viejo, un ciprés con 150 años, así como, el bonsai más alto con 2.5 metros y 80 años de existencia y que es conocido como el gran guayabo jaboticaba, el cual estaba ubicado en la entrada principal del centro comercial cerca al Éxito; y como si fuera poco, se pudo apreciar el bonsai más pequeño de todos los de la exposición, localizado en la sección de Shoin, un bonsai con un centímetro y que estaba sembrado en un dedal de porcelana.



Estos árboles pequeñitos se veían muy atractivos por estar sembrados en pequeños soportes y ubicados sobre una gran plataforma, que daba la sensación de ser una gran maqueta, donde no había nada artificial, solo naturaleza y vida por doquier.

Lo interesante de la exposición fue que los bonsái no estuvieron solos en un simple matero o soporte, sino que hicieron parte de hermosos caminos, paisajes y arreglos ubicados en los pasillos y áreas comunes del centro comercial, donde se apreciaron coloridas flores, fuentes de agua, figuras de ancianos, dragones y objetos propios de la tradición japonesa.



Por eso, tanto los paisas como los turistas nacionales y extranjeros, resultaron familiarizándose con términos como Gran Dai,Y3 Penjing, Shoin (mames),Kakemonos, cascadas y bonsái de flores y frutos, que correspondían a los numerosos sitios de la exposición para recorrer, además de aprender con los nombres científicos de las plantas.

Puede decirse, que la admiración del visitante crecía a medida que caminaba y encontraba hermosos paisajes formados por rocas, esculturas, bonsái, agua, figuras japonesas, y hasta hubo quienes se animaron a lanzar monedas en las fuentes, quizás a la espera de la suerte o solo por hacer parte de toda la magia japonesa que envuelve la cultura.

Incluso, más allá de la simple contemplación, quienes deseaban comprar su bonsái, recibían la orientación adecuada porque los asesores de la exposición, le especificaban si se trataba de un bonsái Estilo Llorón, Hilos de Agua, Masas de agua, de sombra, media sombra, de luz, de sol, con flores, con frutos, pinos, guayabos, laureles y curazaos. Allí recibía indicaciones de la cantidad de agua, cuidados y fertilizantes requeridos, con costos que oscilaban entre los 30 mil pesos el bonsái más económico y 500 mil el de mayor costo, y lo podían acompañar con artículos decorativos de la tradición oriental, para darle vida a esos bellos paisajes en su hogar.

Así, que muchos se dejaron encantar con los dragones, rocas y paisajes de donde emanaba fuego, humo, vapor de agua, paz y tranquilidad, por eso, los niños se acercaban con curiosidad y posaban para la foto, pero se llevaron como recuerdo una grata experiencia en un ambiente muy oriental.

- Maritza Ruiz